¿Quién no ha sentido vértigo alguna vez? Que levante la mano.

Cuando te enamoras por primera vez, estallan miles de estrellas en tu cerebro y todo se vuelve brillante e intenso.

Ese primer beso no termina nunca de escaparse de tu vida, se queda junto a tu boca esperando una nueva oportunidad con los años. Tu existencia gira en torno a la vitalidad que sientes provocada por el AMOR, con mayúsculas. El mundo solo está habitado por esa persona, por su olor, sus abrazos y su gran sonrisa. Es un vértigo continuo que te hace girar con una locura que desconoces. Es impensable que algo así pueda acabar algún día. Pero…

Si deseas saber qué ocurre cuando ese amor no termina del todo, te espero en “Primera herida de amor”.